Asanas
El hatha
yoga no implica movimientos fuertes ni agotadores, por el contrario, son lentos
y meditativos.
“Permanecer inmóvil, largo tiempo, sin esfuerzo, es un asana”
Nuestra actitud debe ser receptiva, evitando tracciones o tirones,
tomando en cuenta la relajación y los músculos
elongan más fácilmente. “Se ha alcanzado la meta-dice Yoga
Darshana-cuando las reacciones físicas del cuerpo son eliminadas y el Espíritu
se disuelve en el Infinito”.
La inmovilidad física facilita la inmovilidad mental, siendo la más
efectiva la observación y el control de la respiración.
Las asanas se practican con toda suavidad reavivando la conciencia y
enseñando a controlar el cuerpo, produciendo un profundo efecto espiritual,
liberando temores y ayudando a cultivar la confianza y la serenidad.
Hay tres etapas en cada asana: adoptar la postura, mantenerla y
deshacerla y mientras se mantiene la
postura se respira lento y profundo, concentrando la mente.
Las asanas actúan sobre la totalidad de los sistemas del cuerpo; flexibilizan
la columna vertebral y las articulaciones, tonificando los músculos, las
glándulas y los órganos internos.
Favorecen un funcionamiento eficaz de todos los órganos del cuerpo,
equilibrado los sistemas nerviosos; simpático y parasimpático, creando un
estado de salud óptimo para asumir plenamente su destino.
.
A medida que progreses irás teniendo más conciencia de la circulación del Prana-la energía vital- y
de la importancia de una respiración correcta (pranayama) Siendo el propósito
final purificar los “nadis” o canales nerviosos por donde circula la energía.
Al principio será un poco lento, pero con una práctica regular y
utilizando técnicas de visualización, imaginándote realizando esa postura a la
perfección y con una actitud positiva, te asombrarás de los resultados. No hay
que esforzar a los músculos lesionándolos para lograr la postura, solo cuando
están relajados el cuerpo se podrá estirar con naturalidad y suavidad
permitiendo disfrutar del asana y sus beneficios.
Están pensadas para mantener una curvatura natural en la columna
vertebral y conservar los órganos internos en estado saludable. Durante la
secuencia, todo el cuerpo se dobla, se estira y se tonifica y cada postura
complementa a la que le antecede ofreciendo el estiramiento en sentido
contrario.
El yoga es un arte y las asanas son la expresión poética de ese arte.
Podemos decir que no hay límite de edad para
practicar Yoga. Las personas que lo hacen no sienten el paso de los años. La
recomendación es realizar la práctica bajo la dirección de un profesor y
previa consulta médica.
Le resultará muy beneficioso realizar ejercicios
respiratorios, ya que oxigenan la sangre y favorecen la eliminación de toxinas,
provocando masajes abdominales, ayudando entre otras cosas a eliminar la sequedad
de vientre, devolviendo la elasticidad.
Con ciertas posturas realizadas “con suavidad”,
ayudamos a que la corriente sanguínea, irrigue el cerebro, activando todos los
vasos del cuerpo y evitando el esclerosamiento de las arterias.
Con ejercicios y posturas adecuadas, devolveremos la
flexibilidad a la columna vertebral, que es el “cofre sagrado” del “árbol de la
vida”. Al ramificarse, preside importantísimas funciones psicológicas.
Si hablamos de la relajación, podemos decir que es el
broche de oro de una clase; disminuye el ritmo cardíaco, se reduce el consumo
de oxígeno, “disminuyendo la presión arterial”, armoniza los procesos mentales
y aumenta la energía interior.
Pero recordemos que salud y juventud no son los
fines, sino un medio para progresar espiritualmente.